lunes, 10 de octubre de 2011

Las cascadas de Molina










Ayer domingo Candace me propuso el parque de las cascadas de Molina, para ir con las perras. Ella tiene a Zoey, un labrador negro, un pan de dios. Partimos a las dos y media, Loli en su bolso y Zoey en el baul. Luego de media hora de camino llegamos a Molina, que así se llama por la cantidad de molinos que había, para energía y para todo. Los techos de las casas son de láminas de piedra muy particulares. Los italianos salen los domingos así que estaba lleno de gente. Estacionamos y paramos en el café, religioso cappuccino. Es un trekking en bajada a la ida. El parque es muy limpio y ordenado, está abierto hasta noviembre, desde marzo. El agua surgente de la cuenca de Fumane horada la piedra prehistórica y forma cascadas de diversas formas y colores, algunas hacen espuma y otras terminan en lagunitas verdes.  Bajamos hasta dopio covolo y allí las perras corrieron, Loli es el jefe obvio y hasta Zoey se tiro al agua para recuperar  tronquitos. Es grande pero cierra a las seis asi que volvimos. Subiendo claro. Las perras estaban tan felices. Y fuimos a la malga, la fábrica de quesos que se llama “ turnaria “ de 1879. Los tamberos llevaban la leche a la mañana y el queso se hacía por turnos. Compramos un queso con pepperoncino y lo comimos mientras terminábamos de subir. Nos moríamos por un plato de fiambre y vino y terminamos el día en Marecchiaro con una picada Valdostana y las perras también. Los fines de semana son geniales pero tan cortos. Durante la batalla diaria con los alumnos me recuerdo a mi misma que los fines de semana son geniales y esta vez también para Loli. En un rato voy a comprar el pasaje de ..tren a Sicilia para el primer feriado largo de noviembre.

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