Donde veo el mundo simple,
Amable , bueno
La gente distinta,
La vida sencilla
Sin problemas.
Donde me siento yo misma
Donde nadie me pide mas
Donde vale la pena estar vivo,
Desde el cuello y entre las orejas
De un caballo
En medio de las correcciones que van demasiado lentas, Corrado me pregunto si no quería ir de cabalgata. Y por supuesto acepte. Cabalgata por el “Parco del Adige”. Salí a las nueve y diez en bici. Nadie por la calle! Ensille tranqui. A las diez estaba lista. Quería llevarme la mochila con la cámara pero en seguida me molestó. La dejé. Partimos con Giuliana por el boschetto al paso. Lina una reina. Bordeamos el rio y luego entramos en campo sembrado. Por senderos, sin pisar el trigo. El trote bien, al galope se reviro un poco. Cruzamos un arroyo por el puente de madera. Y salimos a San Michele por la calle. Recordaba tantos años atrás en Inglaterra por el pueblito aterrorizada. Entramos a la Villa Buri, parque público que tiene senderos sensoriales, tan cerrados que apenas pasábamos con los caballos y para ver, oler, tocar oír y gustar si se roba algún fruto del bosque. Volviendo me quede atrás y Lina enloqueció. Si se ve sola es un demonio! Y volvimos, el campanario de San Michele, el trigo, el sol, una mañana esplendida. Por el camino encontramos pescadores, boy scouts, ciclistas y a Alessandro con otro grupo de alumnos Se saluda al que se encuentra. El rio es espectacular. La gente lo recorre en gomones. Carteles que hablaban del recupero de la trucha. Bosque cerrado pero siempre gente los domingos. Muy buen paréntesis en la corrección después de una noche de “prosecco”. A trabajar!!!
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