martes, 10 de abril de 2012

Clinica en Lipica y Trieste y San Canziano

Castello de Miramare

Canal y al fondo la Iglesia de San Antonio Taumaturgo

El puerto


Gaetana

Gaetana
 Gaetana
Trabajando a la cuerda

El Hotel

Mi habitacion

Thais

Thais

El museo Lipikum

Thais

Thais
 Thais
Padrillo
La entrada

ASan Canziano Rio Rieka

San Canziano

Y ...Loli luego de las cuevas


Miércoles, víspera de vacaciones. Hice algunas compras y fuimos con Loli, Candace y Rebecca por un drink al bar de la esquina. Después de tres proseccos uno de ellos a cuenta de la casa y de tres horas de charla logre levantarme. Para ir a dormir, por supuesto. El jueves santo llovía. Loli en su bolso para no mojarse salimos para la estación. El directo a Trieste llego a horario. Acomode a Loli en la mesita del asiento y se durmió. Aproveche para leer The book thief que debía terminar .Llegamos a las doce. Una estación de tren muy linda. El taxista me dijo, el hotel Centrale queda ahí atrás. Me tomo media hora encontrarlo. Un hotel viejo, en un segundo piso pero muy bien renovado y con una señora muy amable. Deje la valija y salimos con Loli a caminar por la orilla del canal hasta el mar. Trieste. Una ciudad con onda. Llegamos hasta el murallón. Como extraño el océano! Ese mar plateado que no se mueve está bien pero la fuerza del océano..Aquí no tienen la menor idea. De vuelta para el hotel paramos para un panino en un bar de gente simpática, algo que en Verona no es muy común. Capuccino y speck. Deje a Loli en la habitación y pedí instrucciones para llegar al Castello de Miramare. El 36 en la plaza Oberdam. Va por el Lungomare y para casi en la puerta del parque. El castillo esta sobre el promontorio de Grignano a unos 10 km de la ciudad. Fue construido por Carlos Maximiliano de Habsburgo y su mujer Carlota. Tiene una vista espectacular y una colección de objetos que pertenecieron a los Duques que terminaron muy mal ya que el archiduque, nombrado Emperador de Méjico, fue fusilado allí y Carlota enloqueció. Entre las dos guerras fue habitado por Amedeo de Savoia Aosta. Ahora es turístico. Lo recorrí y Salí a un pequeño murallón sobre el mar donde a pesar del mal tiempo estuve un rato sentada en las piedras disfrutando el mar. Siempre he tenido esa relación especial con el agua. Como no podía ser de otra manera, cappuccino en el Castelleto y retirada. Camine un rato y después fui al hotel. Y se acabo el día. El viernes fui a desayunar a las 8 y Salí un rato a sacar fotos con Loli. A las diez estaba lista en la puerta. El transfer esloveno llego puntual y me llevo a Lipica, que no es un pueblo ni una ciudad sino el haras de los maravillosos Lipizzanos. Llegamos diez y media y para las once ya tenía todos los planes. A la una la clase. Mi habitación 406 con balcón con vista al campo de golf y televisor de muchas pulgadas además de bañera. Me cambie y Salí a la caballeriza. Tiene un ingreso electrónico. Me esperaba el maestro Darko Sila que ensillo a Gaetana. Los Lipizzanos descienden de 5 líneas de raza Maestoso, Conversano,Pluto, Neapolitano y Siglavy. Pasamos por tres picaderos hasta llegar al que nos correspondía. Empezamos con ejercicios al paso para hacer progresivas las dificultades. Quede muerta. De allí fui al gimnasio donde hice bici y escalador. Y a descansar. El sábado luego del copioso desayuno fuimos a pasear con Loli y llegamos hasta el santuario de Nuestra Señora de Lourdes. En el 1500 el director de la Escuela estaba tuberculoso y le prometió a la Virgen que si recuperaba la salud construiría un Santuario. Y así fue. Hasta la primera guerra mundial era lugar de peregrinaje de enfermos. Ahora tiene una energía especial y u jardín de tulipanes.

A la una la clase, esta vez con Thais, un mimoso de aquellos. Hicimos espalda adentro, grupa adentro, piruetas, galope reunido. Y también salió corcoveando y el profesor dijo se despertó el vago.

El domingo de pascua desayuno con huevos, paseo con Loli y la clase a las doce. Despedida con más ejercicios y disparada, para los que dicen que son remansos. Pasamos por el solario. Ahí sopla la Bora, un viento de 90 km y los caballos están mucho adentro. El solario infrarrojo de ciencia ficción. A las dos tenia la visita del haras. Empezó en el Lipikum el museo del caballo Lipizzano con toda la información. Hasta el esqueleto es distinto!! Hasta 1984 participaron en las olimpiadas. Luego vimos los seis padrillos actuales. Pero las yeguas se inseminan y están identificadas por microchip. Como Loli. No vimos potrillos porque aun no nacieron, y no muchos jóvenes. Si todas las yeguas preñadas. Hacia frio pero ya no llovía. A las tres puntualmente empezó el espectáculo. No podía contener las lágrimas. Me emocionan esos caballitos nobles que trabajan para su jinete. Una cuadrilla, un pas de deux,los carruajes, dos para ser precisos haciendo ejercicios de picadero con tiro de dos , el trabajo a la rienda y luego alta escuela. Maravillosos. Y luego mucho marketing. Por supuesto me volví con una remera y escuditos. Con el frio Café con torta de crema. Y mas reposo.

El lunes amaneció con sol. Se veían los Alpes julianos nevados. Volvimos al santuario. Y en un rapto de locura decidí la visita a las grutas de San Canziano. Un remis debía llevarme allí y luego a Trieste a recuperar el documento olvidado en el hotel y a tomar el tren.

Las peculiares condiciones geológicas de Karst (Carso) pueden admirarse en otro lugar también famoso, Skocjanske o grutas de San Canziano. Declaradas Patrimonio de la Humanidad en 1986, las cuevas se encuentran cerca de la localidad de Divaca, en la ruta que se dirige hacia la ciudad costera de Koper. Skocjanske recibe muchas menos visitas que las cuevas de Postojna, y permite un paseo tranquilo por sus gigantescas salas: la galería del Silencio, la galería del Murmullo del río Reka y la gran Cueva Blanca, esta última con más de treinta metros de altura. Las grutas se abrieron al público en 1884 y, desde entonces, no han dejado de sorprender a geólogos, espeleólogos y viajeros que se detienen a visitarlas de camino a las playas del Adriático. Claro que yo tenia a Loli. Me permitieron llevarla siempre que no la sacase del bolso. Cuatro kilos de perro mas dos de mochila. Hubo un momento en que creí que no lo lograría. Bajamos a 170 metros de profundidad, donde está el rio. Y subimos. Las cuevas son maravillosas y valieron mucho la pena, pero ya no estoy para estos trotes. Al fin subimos en ascensor. Y el remis ya me esperaba. La eslovena muy simpática me conto muchas cosas de la situación del país. En todos lados se cuecen habas! Retiramos el documento y me dejo en la estación una hora antes de la partida del tren. Genial, tiempo para un panino y una seven up para recuperarme. En el tren encontré unos brasileros y use mi portuniol Llegamos a las ocho. Muy bueno el viaje y muchas ganas de volver a Lipica!!

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