domingo, 6 de febrero de 2011

Italia, los italianos y yo


Vivir en Italia causa sensaciones encontradas. Especialmente si uno fue criado como italiano, pensando siempre en las raíces. Mi madre era inmigrante con todas las letras, por lo cual adopto la ciudadanía argentina y perdió la capacidad de transmitir la italiana a la descendencia. Y se aferro de tal modo al nuevo terruño que cuando al viejo le ofrecieron la posibilidad de pasar a Internacional en Goodyear, la vieja lo demolió. No podía dar vueltas por el mundo. Con la experiencia de Indonesia le alcanzo. Claro Indonesia era un hueso duro de roer.
Italia y... Uno cree en el primer mundo. Tiene muchas cosas de primer mundo como los impuestos, las obras, las reglas (hechas para romperse) el transito, la contaminación, el euro. Y tiene otras de tercer mundo o cuarto. La educación es una de ellas. El italiano estudia de memoria…si en el siglo 21 estudia de memoria. Y acaba siendo “culto” con un montón de datos en el disco rígido. Pero a no pedirle la aplicación de lo aprendido porque se ahoga en un vaso de agua. Claro la unión europea lo sostiene y bueno, el que sabe hacer el hombre orquesta, digamos el plomero, se llena de oro. Con los impuestos la industria de los artesanos se está perdiendo y todo es hecho en China, o casi todo. Tratan de impulsar la industria italiana con publicidad pero…sabemos que hasta la ropa de calidad la hacen en Taiwán.
Claro que lo chino de acá es mejor que lo argentino en cuanto a calidad. Tienen una obsesión por comprar caro creyendo que eso les da…prestigio. Los diferencia de los diversos tipos de inmigrantes especialmente del África que tienen. En Verona la calle de la moda es vía Mazzini. Los precios son astronómicos, pero en la época de los saldos (es decir ahora) hasta ellos tienen que aflojar. Y se consiguen cosas buenas por poca plata. Claro las carteras son un discurso aparte, las mas lindas del mundo aun las hechas en China. Conozco solo un shopping, que tira la casa por la ventana en esta época. Los zapatos de Bata... Claro compre un par de botas súper abrigadas de gamuza y corderito  por 10 E y se me fue el frio.  El “mercato” es otra historia. Una feria bah, pero con ropa, comida y cosas para la casa. Y a precios geniales. Claro está lleno de marroquini y otros magrebini y hay que revolver. Si el veronés lo hace no se lo dice a nadie no sea cosa  que lo confundan. Pero se encuentran cosas útiles a buen precio.
La comida es otra historia. Son los mejores, para comer y para cocinar. Y por obligación tienen que comer bien. Hasta en la escuela se comen dos platos uno de los cuales es pasta, siempre. Y no se ven tantos obesos. Yo creo que en las clases altas, comen cuándo los invitan y ayunan en la semana. Si no es imposible, se come demasiado y todo es rico. Para mi es más fácil ya que no tengo auto y ando en bici, y recorro mis distancias por día. Pero ahora me fijo bien en lo que como. Tuve mi aumento, y fue un horror. Claro que voy a nadar dos veces por semana, monto como cuatro y ando en bici todos los días. Y cuando puedo esquió. (La ventaja de la montaña cercana). Y me cuesta.
Tiene la manía de envolver todo en cartón y papel, un desperdicio terrible. Claro después clasifican la basura. Pero desperdician tanto papel. Ahora publicitan yogur sin cartón, para el medio ambiente. Ahora se dan cuenta?
Les encanta confrontar, a los gritos como su fama lo dice. Y por la calle se oye hablar de euro o de comida.
Claro que se encuentra gente distinta con la que se puede hablar, y trabar amistad. Y tengo algunos alumnos que son geniales. Pero la Escuela Internacional es como un  oasis en medio de la regla general.
Claro que ahora la falta de límites es el mal del mundo.
Recién llegada respetaba absolutamente todas las reglas, y ahora no. Al fin y al cabo soy argentina no?
Pero los chicos piensan que pueden hacer lo que quieren porque los padres de cualquier clase social no les ponen límites. El jueves por la mañana a las siete y veinte  cinco vándalos de no más de 9 años corrían sin control  por la vereda. Yo aun no había subido y se me vinieron encima. Y la madre o las madres me dijeron: Señora no se va por la vereda, se va a mano!! Ni por asomo trataron de controlar a sus vándalos. Me fui, porque lo que quieren es pelear.
Que será del mundo cuando esa gente que cree que la vida le debe algo tome el control. Claro no es un problema de acá, es mundial. Es más fácil no decirles nada, que hagan lo que quieran. Una lucha a brazo partido todos los días. Hay excepciones, que son mis alumnos favoritos pero la general….
Claro que las ventajas son muchas, hago cosas que ni por asomo podría hacer en la Argentina. La seguridad es muy buena. He caminado a las 11 de la noche en la niebla. Pero una vez que uno se acostumbra lo da por sentado y se pierde la perspectiva.
Me arme un pequeño mundo en el que estoy muy cómoda lo que no quita que me agarre mis broncas pero creo que son menos que en Argentina. Y las perspectivas de viajes son muy tentadoras. Y en abril me voy a Madrid a ver a Martin iuppiiii!!




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